Category Archives: esp – Ramón Pérez, Fernando

Reencuentros Agosto 2010


El afán de ir reencontrando compañeros de nuestra “mili”, ha hecho que Carles Porta, esta vez aprovechando un viaje vacacional haya ido encontrando con algunos compañeros que ya hace tiempo tenia localizados. Todos ellos coincidieron con él, bien en el Bir o en Transmisiones de Villa Cisneros. En Zaragoza con Fernando Ramón Pérez. En Pontevedra con Celso Carragal Pintos. En Lugo con Florentino Gómez Álvarez. En Torrelavega con Manuel Diego Pérez “El Loquillo”… Y en Hernialde con Iñaki Imaz Larrarte. No tengo palabras para describir las emociones, el cariño y la hospitalidad que recibí de ellos, me he llevado un gran recuerdo del encuentro y deseo algún día no muy lejano, volver a verlos.

Fotos de Fernando Ramon

Fernando Ramon Perez
BIR, Aaiún (Artillería – Radar aeropuerto) 10-1973 a 12-1974

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Un teniente erudito en discursos

Fernando Ramón Pérez
Artillería (Radar aeropuerto) El Aaiun – 1974

Teniente erudito en discursos

Teniente erudito en discursos

“LA MEMORIA DE LOS OTROS”

Carles Porta i Fernandez
BIR Nº 1 – Playa del Aaiun – 3ª cia – Octubre-Diciembre 1973
Regimiento Mixto Ingenieros 9 Transmisiones Villa Cisneros i Aargub Enero-Diciembre 1974


(Dedicado a Fernando, que es como una caja de recuerdos olvidados…)

Es curioso que una vivencia compartida, sea recordada de una forma concreta por unos y por otros como yo, se olviden por completo… Mi amigo Fernando Ramón, compañero, sufridor e inquilino, del barracón 36 de la 3ª compañía, (reemplazo de Octubre de 1973, Bir nº1 – Playa del Aaiún A.O.E.) después de 38 años me cuenta este relato:

Te voy a contar lo de la moto de nuevo, aunque hay que empezar que por la tarde al volver de la cantina de comer el bocadillo tu con tus amigos, Quintero con otros, etc. etc. se formaba todos días un escándalo en nuestra zona de dormir y tu al principio no formabas parte del follón (aunque los primeros días de campamento tampoco creo que se formara follón, por miedo y porque todavía no te sientes seguro con la gente de tu entorno), pero seguramente como empezaste a dibujar el mural con Ramos fue lo que te dio pie a venir a colaborar en el gamberreo y después eras de los mas activos. Y siento mucho que no te acuerdes, pues para mi fueron los mejores momentos del campamento, además no nos bebimos en todo el campamento ni una cerveza, o sea que no era por alcohol, la euforia que teníamos, si no que después de todo el día machacados y reprimidos cuando regresamos al barracón 36 sacábamos todo que llevábamos dentro y diciendo tonterías tras tonterías sacábamos al exterior toda la represión que llevábamos dentro y como cada uno decía una tontada mayor que había dicho el anterior, era una juerga salvaje. Lo que siento es que no te acuerdes de esto, que no es que se contaran chistes buenísimos ni que nadie fuese gracioso (Quintero y tu si que tenias un poquito de gracia, pero solo un poquito que luego serás un engreído) sino que soltábamos todo el lastre que llevábamos dentro y nos quedamos nuevos…En este contesto de broma y mas broma (un sábado o un domingo) en la calle empezamos a charrar en broma como es lógico un grupo de cuatro o cinco y broma mas broma contaste esto:
“Fui con unos amigos de ligoteo por Barcelona y nos encontramos con unas niñas pijas (yo ahora pienso que seria que estaban muy buenas y no os hacían caso y pensaste como
el zorro y las uvas..) y dijeron que les gustaban mucho las motos y que les encantaba ir en moto y ante tanta estupidez por parte de ellas, les dije: ¡esperar aquí un momento que enseguida vengo con mi moto! (la mas grande les dije…) ¡Hay que bien! dijeron las niñatas. Entonces me fui por un lado de la calle, di la vuelta y aparecí por el otro lado por la acera corriendo y haciendo como que conducía una moto y haciendo el ruido de la moto y diciéndoles: ¡venga! ¿quien sube la primera?.
Puedes entender que las carcajadas se oyeron en Smara y desde aquel día eras un ídolo para todos nosotros. Aun mejor “el capo del barracón” y esto no acaba aquí sino que yo durante toda mi vida he estado contando esta historia que tu nos contaste aquel día. Si te la inventaste, fue real, lo hizo otro no tiene valor en estos momentos pues conseguiste que el personal se rindiese ante semejante historia (¡habias hecho lo que había que hacer ante unas pijas y nadie nos atrevíamos hacer!) y que durante años esta historia se haya divulgado de boca en boca hasta hoy. Todo lo he contado con un poco de guasa, pues aunque es bien cierto que eras simpático y nos hacías reír, la principal razón por la que te ganaste mi respeto y mi amistad es porque estabas todo el día atendiendo a la todo el mundo y muchísimos iban a ti a pedirte cosas o consejos y tu te esforzabas con todos. También Quintero era igual en ese sentido. Yo con mi timidez tenia mucho tiempo para observar a todo el mundo y esas cosas no se me escapaban. Además tampoco se decirte que te pedían o que necesitaban… Resumiendo: estoy toda la vida fardando de tener un amigo muy cachondo y resulta que tu ni te acordabas de mi y le cuento la historia de la moto a todo el personal que conozco y resulta que ni te acuerdas…Me debes una disculpa o una cerveza… a elegir.

El amigo Fernando, aparte de refrescarme la memoria, hace un repaso de las vivencias del barracón 36, por eso he querido que esta publicación esté presente en los relatos de la Web, como homenaje a sus inmejorables y longevas neuronas. A veces cuenta historias comunes que parece que yo nunca haya estado allí. Quizás uno se hace mayor y pierde memoria… La única neurona que me quedaba la utilicé hace unos 2 años localizándole, y ahora a parte de vernos de vez en cuando, hemos reanudado la vieja amistad que empezó en aquel barracón.

Carles Porta

Día de San Fernando

Fernando Ramón Pérez
Artillería (Radar aeropuerto) El Aaiun – 1974

Día 30 de mayo de 1974 (día de San Fernando por eso recuerdo la fecha, aunque nunca he celebrado el santo, ni nunca me han felicitado) mi compañero y amigo J.J.Fernandez me felicitó mi santo y a continuación otros compañeros y amigos y que me dejaron sorprendidos, mas tarde me entero que tenía un giro (1.000 pesetas) voy a cobrarlo y aviso a los más cercanos para que vengan a merendar al bar que corre de mi cuenta. Luego supe que los compañeros sabían antes que yo que tenia giro y pensaron que me lo mandaban por ser mi santo y por eso tanta felicitación y que no era así, sino casualidad que se recibiese ese día.

La merienda fue abundante y también la bebida, la tertulia se alargó hasta la retreta y después de la retreta seguimos bebiendo pues todavía quedaba dinero y había que quemarlo… Lógicamente fuimos a un local del cine que tenía las llaves uno de los que venía con nosotros y allí difícilmente nos localizarían. Allí bebiendo y fumando se hicieron las dos de la madrugada y entonces aparece el teniente de guardia con la pistola en la mano que al principio no nos dimos cuenta porque como estábamos animados y como era una cara conocida no reaccionamos al instante y cuando lo hicimos uno de nosotros le dió al cable de la corriente y nos quedamos a oscuras… Para volver a conectar la luz había que introducir los hilos del cable uno en cada orificio pues carecía de interruptor, por eso tardamos bastante tiempo, que se hizo eterno… Cuando conectamos la luz el teniente saco la bala de la recámara, o sea que había entrado en la habitación con la pistola cargada (el teniente era un pesado “un pastillas” y se las daba de listo.. no era tonto, pero no es para ir alardeándolo…) lo cual era una chulería por su parte pues bien sabia quien estábamos allí…y no debía haber corrido el riesgo de que el arma se le podría haber disparado en el jaleo que se lió al ponernos de en pié cuando el apareció en el cuarto del cine.

Después nos llevo al cuerpo de guardia y pensar en la siguiente escena…

Ocho o diez soldados (no recuerdo bien el numero) borrachos (bien bebidos) firmes enfrente de la guardia del cuartel… Las horas pasaban y cada vez nos encontrábamos peor y uno de nosotros empezó a devolver y esto resulto contagioso, pues acabamos casi todos echando todo por la boca, eso si en perfecto estado de firmes, sin perder la compostura lo que era una situación que nos causaba risa…y estuvimos hasta la hora de diana (¿las 7 y media?).

El teniente dio un parte, en el que pedía un mes de arresto (de esto no estoy seguro, si fue un mes, dos, no me acuerdo lo que pedía) lo que nos acongojo muchísimo aunque un arresto en el Sahara no era algo que te preocupara, dado que no había mucha diferencia de estar en el barracón a estar en el calabozo.

El castigo nunca se ejecutó porque eramos los cabos del barracón, cabo furriel, cabo de intendencia, cabo del cine, cabo radar, cabo transmisiones y creemos que el barracón se quedaba sin mandos, aunque también es cierto que el delito era bien pequeño, para lo que pedía el teniente “pastilla” de guardia…